En este post expondremos una lista de las enfermedades más comunes en perros, con su correspondiente descripción y algunas recomendaciones para paliarlas, aunque no debemos olvidar que es importante hacer revisar al animal por un veterinario.
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ENFERMEDADES MÁS COMUNES EN PERROS
Parásitos
Los hay externos e internos. Pueden obstruir los conductos orgánicos, ingerir el alimento del animal, alimentarse con tejidos y sangre del perro, suministrar toxinas al organismo del can, destrucción de la piel infectándola con sembrado de huevos, facilitan el transporte de bacterias y virus.
Los parásitos externos son los que viven en la superficie del cuerpo, no en el interior. Los parásitos externos del perro son, por tanto, las pulgas, garrapatas, ácaros y cualquier otro bicho cuyo ciclo de vida transcurra sobre el cuerpo del perro. Los parásitos externos más comunes en los perros son las pulgas, las garrapatas y los ácaros que producen diferentes tipos de sarna.
Los gusanos intestinales son difíciles de detectar ya que no se observan síntomas en el perro hasta que la infestación está avanzada. Y además la mayoría no se puede ver en las heces, “a simple ojo”, solo un porcentaje muy pequeño es visible para el ojo humano. Pero el hecho que no los veamos no significa que no están, se detectan a través de un análisis de heces. Los síntomas más comunes son: disminución de vitalidad, pelo sin brillo, pérdida de peso, vientre abultado, anemia, trastornos de la fertilidad, etc.
Parásitos externos:
-Garrapatas. Las garrapatas son uno de los parásitos externos más frecuentes en perros. Se enganchan en la piel del animal y se alimentan de su sangre. Por lo general se alojan en las orejas, en el cuello y entre los dedos del perro. Dejando a un lado las pequeñas molestias que las garrapatas pueden producir, puede transmitir enfermedades graves (solo si la garrapata es a su vez portadora de otros parásitos). Aunque es más frecuente encontrarlas en zonas rurales, también están presentes en jardines y parques de las grandes ciudades.

Primavera y verano son las épocas de mayor actividad de estos parásitos. Humedece la Auxiliar de veterinaria zona con un algodón empapado en alcohol y tira de la garrapata con la ayuda de unas pinzas pequeñas. Sujeta la garrapata por la cabeza para evitar que esta se quede adherida (en cuyo caso lo normal es que pasado un tiempo se desprenda sola, no obstante vigila la zona para evitar infecciones).
Después de eliminarlas rocía a tu perro con un spray antiparásitos. La mejor forma de evitar que tu perro tenga garrapatas y otros parásitos es protegerlo con medidas antiparasitarias. En el mercado existen collares, sprays, pipetas…
-Pulgas. Las pulgas son pequeños parásitos de color café oscuro que habitan entre el pelaje del perro y otros animales. Son tan pequeñas y rápidas que es difícil detectarlas, pero es fácil detectar su excremento.
Se desarrollan en climas cálidos y húmedos, por lo que pueden representar un problema estacional o permanente, según cuál sea el clima en el que vives.

Las pulgas chupan la sangre del perro y, al hacer esto, pueden transmitirle enfermedades contagiosas. Además, los perros que presentan una infestación masiva de pulgas pueden llegar a tener anemia. La saliva de la pulga también puede producir alergia en algunos perros, haciendo que el perro se rasque excesivamente y pueda llegar a dañarse a sí mismo.
Aunque no es muy frecuente que las pulgas transmitan enfermedades contagiosas a los perros, esto puede suceder con la teniasis, los gusanos del corazón y hasta la peste bubónica.
–Los ácaros de la sarna sarcóptica: Son parásitos microscópicos que se establecen sobre la piel del perro. Produce, como es de esperar, la sarna. Estos parásitos pueden contagiarse a otros animales, incluido el ser humano.
Estos ácaros causan irritación de la piel, pérdida de pelo y costras. Si la enfermedad no es tratada, puede producir otros trastornos orgánicos y el perro puede llegar a morir.
–Los ácaros de las orejas: son similares a los ácaros de la sarna sarcóptica, pero son un poco más grandes. Se contagian por contacto directo del perro con otros animales infectados o con superficies donde se encuentran estos parásitos.
Estos ácaros se establecen en el canal auditivo y zonas adyacentes, y causan una molesta irritación y picazón al perro.

Para aliviar su molestia, el perro se rasca constantemente y puede llegar a hacerlo con mucha vehemencia. Puede frotar su cabeza frecuentemente contra las paredes y otras superficies rugosas, e incluso llegar a hacerse daño de tanto rascarse.
El perro infectado con estos ácaros sacude su cabeza con mucha frecuencia. También es común ver una descarga oscura saliendo del canal auditivo. Si la infección es muy severa, el perro camina en círculos.
–Los ácaros de la sarna demodéctica: Son alargados y microscópicos. Forman parte de la micro fauna de la piel del perro y no son altamente contagiosos.
La enfermedad se produce cuando la concentración de estos ácaros aumenta, aunque no se conocen con certeza las causas de esto.
Estos ácaros producen la denominada sarna demodéctica, que puede presentarse en dos variedades: localizada y generalizada.
La sarna demodéctica localizada es un problema leve que suele resolverse de forma espontánea en la mayoría de los casos. Sus síntomas incluyen pérdida localizada de pelo, descamación y manchas oscuras.
La sarna demodéctica generalizada es una condición grave que puede conducir a la muerte del perro. Se presenta inicialmente con pérdida localizada de pelo, pero con el tiempo se producen complicaciones colaterales. La complicación más común es la infección bacteriana de la piel o piodermia, que incluye prurito, inflamación de ganglios, supuración y mal olor.
Parásitos internos
–Gusanos redondos: También se les denominan “áscaris”. El principal es Toxocara canis. Son los más frecuentes. Su aspecto es largo y redondo, por eso popularmente se dice que son como “espaguetis”.
En cachorros producen diarreas y mal aspecto general. Algunas veces migran los parásitos al sistema respiratorio y pueden dar tos. Si hay mucha cantidad aparecen vómitos. Se contagian de unos perros a otros a través de los huevos presentes en las heces. En cachorros también se trasmiten en el momento del parto y/o a través de la leche de la madre. Los medicamentos más eficaces son el pamoato de pirantel y el fenbendazol.
El control de este parásito es importante ya que puede contagiarse a las personas y dar una enfermedad muy grave: “la larva migrans”. Esto es especialmente importante en los niños, hay que extremar las normas higiénicas básicas y desparasitar correctamente a la mascota.

Los cachorros se infectan de varias maneras, bien puede darse por contaminación cruzada, esto es, que ingiera huevecillos del parásito como el que se ilustra en la foto de la izquierda que pertenece a un huevo toxocara canis (de esta forma se ven al microscopio), que son eliminados en las heces de otros perros que estén parasitados.
Ahora bien, te preguntarás cómo los ingiere. La respuesta es muy fácil, cada vez que huele las heces fecales de otro perro, o come hierba en algún jardín, estos pueden estar contaminados, y de esa forma contaminarse el también.
Otra manera de infectarse con el parásito (toxocara canis), es vía transplacentaria, es decir que la hembra gestante que no es desparasitada antes de la monta y durante la gestación, puede tener en sus masas musculares, larvas del parásito en estado somático, y éstas, cuando tu perrita esta gestante, detectan la progesterona (hormona que mantiene la gestación) y salen de ese enquistamiento, comienzan a migrar y a través de la placenta llegan a los productos (cachorros) y comienzan a parasitarlos, de tal forma que al nacer los cachorros, estos ya están parasitados, y son los más sensibles a la infestación, causándoles incluso la muerte si no son atendidos rápida y adecuadamente.
–Gusanos planos. También son muy frecuentes, el principal es Dipylidium caninum. Son cortos y planos, por eso se les conoce popularmente como “granos de arroz”. En la mayoría de los casos no tienen importancia clínica para nuestro perro.

Su transmisión principal es a través de los huevos presentes en las pulgas. Ocasionalmente se pueden transmitir si los perros comen algún roedor, conejo o pájaro. En las heces de los perros encontramos los parásitos adultos, raramente observamos los huevos.
El tratamiento necesita de fármacos especiales como el praziquantel. Ahora bien, recuerde que la mejor prevención consiste en el control de las pulgas en el perro y en el ambiente. Hay otro parásito incluido en este grupo, es Echinococcus spp.
Su presencia en el perro es infrecuente, sin embargo, hay que prevenir la aparición de este parásito ya que tiene una gran importancia sanitaria en los humanos. Es el responsable del “quiste hidatídico”. Por tanto, la desparasitación del perro vuelve a ser muy importante.
-Coccidios. Estos parásitos no producen ningún problema en la mayoría de los perros adultos, no así en los cachorros, sin embargo incluso en los adultos, algunas veces pueden producir diarreas con más o menos sangre, sobre todo en los cachorros.
Su presencia es frecuente en los cachorros provenientes de las tiendas, de las residencias, de las perreras, de las protectoras y de los criadores. Se transmite principalmente por la ingestión de agua contaminada (de la llave) o por contacto con otros perros infectados. Sólo se tiene que realizar tratamiento en los animales en los cuales se ha diagnosticado; no es conveniente hacer tratamientos preventivos. Los antibióticos trimetropin-sulfa y espiramicina son los medicamentos de elección. Los tratamientos son la mayoría de las veces muy largos.
–Giardias. Muchos perros presentan diarrea debido a la infección por este parásito microscópico. Las personas pueden infectarse aunque no está claro si es el perro el origen. La eliminación de quistes en las heces es la fuente de contagio principal entre los perros. Tienes que recordar que estos quistes viven durante períodos largos de tiempo en el agua (de charcos, de la llave, etc.).
El cuadro clínico que presentan es una diarrea crónica, alguna vez puede observarse sangre fresca en las heces. Al igual que en los coccidios, no hay que hacer desparasitaciones preventivas, hay que tratar únicamente a los animales enfermos. Pero en cambio, sí que es importante hacer un control higiénico ambiental y de la entrada de perros nuevos. En los perros aislados la solución es rápida, en cambio, puede complicarse en aquellos lugares en los que varios animales viven juntos. Los productos de elección son el metronidazol y el fenbendazol.
Para tratar el ambiente y eliminar los quistes que puedan encontrarse en el agua, en la tierra, en las heces o en el pelaje de los perros enfermos, se puede utilizar una dilución de amonio cuaternario. Cierto tipo de parásitos que afectan a su perro pueden además tener efectos en el ser humano; Aunque esto es relativamente raro.
La infección ocurre simplemente al ingerir accidentalmente los huevos o las larvas, y por supuesto esto es muy común especialmente cuando los niños juegan con los cachorros, o cuando hay un contacto muy estrecho. Las tenias afectan seriamente al ser humano.

Moquillo (Distemper)
Es un virus transmitido de un animal enfermo a uno sano o en ambientes donde ha permanecido activo el virus o al tener contacto el perro sano con excrementos de otro animal enfermo. El decaimiento general y la falta de deseos de alimentarse son las primeras señales que algo no anda bien.
Posteriormente se evidencian signos más concluyentes: secreciones en nariz y ojos, fuerte carraspera, ruido al respirar, elevación de la temperatura, vómitos y en los estados más críticos diarreas sanguinolentas e incontenibles. La afección del sistema nervioso también es una resultante de esta enfermedad. Los cachorros que logran sobreponerse llevarán como señal indeleble la destrucción del esmalte de los dientes.
Se llama moquillo canino porque uno de los signos más frecuentes es la secreción nasal abundante, sin embargo el virus de moquillo canino afecta muchos sistemas.
• Respiratorio: secreción nasal, estornudos, tos, congestión, neumonías.
• Digestivo: vómitos y diarrea, a veces con presencia de sangre.
• Neurológico: tics, convulsiones y falta de coordinación, son algunos daños.
• Oftalmológico: Conjuntivitis, lagañas.
• Dental: Crecimiento anormal de los dientes.
Un perro enfermo de moquillo canino puede presentar uno o combinaciones de todos los signos.
El tiempo que pasa desde que un perro tiene contacto con el virus de moquillo canino hasta que presenta algún signo puede tardar entre cinco a 24 días aproximadamente.
El virus afecta cachorros y adultos, los cachorros entre seis y 12 semanas, sin vacunas, separados de su madre antes de tiempo, inmunodeprimidos (bajos de defensas), perros de tiendas de mascotas ―donde reclutan perros de todos lados―, son los perros más susceptibles a enfermarse y con el peor pronóstico
El diagnóstico se realiza a través de los signos, el examen físico realizado por el veterinario, y pruebas de laboratorio. El hemograma o biometría hemática es uno de los estudios que se deben hacer para detectar la posible infección de moquillo; en perros infectados se observa comúnmente una disminución de leucocitos (las células de defensa), que decrecen por el virus. Esta baja de defensas favorece la complicación del cuadro por infecciones secundarias.
Otra prueba de laboratorio es el diagnóstico de distemper en sangre o en conjuntiva. Este estudio determina si el perro está o no infectado con el virus, es muy seguro si sale positivo, sin embargo, se pueden obtener falsos negativos, es decir, que el perro puede estar infectado, aun cuando la prueba dé resultado negativo.
En caso de presentarse la enfermedad, la atención médica debe ser muy agresiva y rápida, ya que los cachorros pueden venirse abajo en cuestión de horas por la deshidratación y la complicación de los problemas respiratorio y digestivo principalmente.
Es importante señalar que no existe un tratamiento específico contra el virus, lo que se hace al tratar un enfermo es ir controlando firmemente los signos conforme vayan apareciendo. Por ejemplo, si presenta vómitos, hay que hidratar y dar medicamentos que inhiban el vómito, si presenta congestión pulmonar se dan expectorantes y antibióticos, etc.
En muchos casos debe hospitalizarse al enfermo, para tenerlo en observación día y noche; mantenerlo con suero intravenosos y aplicar medicamentos para incrementar sus células de defensa (glóbulos blancos), ya que al final, serán sus defensas, las que responderán específicamente contra el virus.
El tratamiento puede durar unos cuantos días o semanas, esto dependerá de cada paciente y su respuesta específica contra el virus. Sin embargo, los perros que salgan adelante, pueden llegar a presentar signos neurológicos en meses, años o nunca.
La mortalidad del distemper es del 50%, esto quiere decir que la mitad de los pacientes se salva, siempre y cuando sea atendido a tiempo por un médico veterinario, se apliquen los medicamentos para incrementar sus defensas ya que con todo esto, se incrementan las posibilidades de mejoría.
La prevención es primordial para el control del distemper, comenzando por vacunar a las perras que se planean cruzar, para que al momento de lactar tengan una gran cantidad de anticuerpos y sus cachorros sean protegidos. Los principales laboratorios recomiendan la aplicación de tres dosis de vacunas que incluyan el distemper, separadas por dos o tres semanas entre cada una.
Parvovirus
El parvovirus es una de las enfermedades contagiosas más frecuentes en los perros. En algunos países es la enfermedad canina más común.
El parvovirus es causado por un virus que lleva el mismo nombre. Esta enfermedad afecta el tracto digestivo de los perros y puede afectar el músculo cardíaco en cachorros muy jóvenes.
El parvovirus fue identificado en 1978 y desde entonces se han encontrado cepas mutantes del virus. Aunque existe una vacuna para prevenir la enfermedad, algunos perros vacunados enferman.

Transmisión del parvovirus canino:El parvovirus se transmite mediante las heces de perros infectados. Dado que el virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses.
El virus del parvovirus canino también puede encontrarse en superficies y objetos que han estado en contacto con heces infectadas, tales como las suelas de los zapatos.
Otros animales, como insectos y roedores, pueden servir como vectores de transmisión del parvovirus canino.
Síntomas y diagnóstico del parvovirus canino: Los síntomas del parvovirus canino pueden variar en intensidad para cada individuo. Los perros adultos suelen ser más resistentes a la enfermedad y es frecuente que no presenten síntomas notorios. En cambio, los cachorros menores a seis meses son altamente susceptibles al parvovirus y es frecuente que mueran si se contagian esta enfermedad.
Algunas razas son más susceptibles al parvovirus. El Dobermann, el Rottweiller y el Labrador suelen ser más susceptibles que otras razas a esta enfermedad.
Los síntomas del parvovirus canino son: vómitos, diarrea, deshidratación y heces con sangre (que pueden verse como heces oscuras). Debido a la fuerte deshidratación del perro o cachorro, la muerte suele ocurrir entre las 48 y las 72 horas desde que ocurren los primeros síntomas.
En casos severos, el parvovirus produce una disminución de los glóbulos blancos.
Debido a que los síntomas del parvovirus canino son comunes a otras dolencias, el diagnóstico preciso requiere de análisis de laboratorio. Sin embargo, las medidas para tratar la deshidratación pueden empezar inmediatamente.
Los cachorros menores de tres meses pueden sufrir inflamación del corazón. En estos casos, no existe diarrea y el cachorro puede morir en unos pocos minutos o en pocos días. Aún si sobrevive por más tiempo, el daño cardíaco es severo y suele conducir a la muerte.
Prevención y tratamiento del parvovirus canino: Actualmente no existe una cura para eliminar el virus de un perro que ha sido contagiado de parvovirus. El único tratamiento que se puede realizar consiste dar soporte vital al animal, para evitar la muerte por deshidratación.
Para tratar el parvovirus canino se suele mantener el balance de líquidos y electrólitos por vía intravenosa. En casos menos severos también se pueden emplear inyecciones subcutáneas y reposición de líquidos por vía oral.
La reposición de líquidos y electrólitos es lo más importante en casos de parvovirus, ya que es la deshidratación lo que conduce a la muerte del perro. Sin embargo, en algunos casos también puede ser necesario administrar antibióticos para prevenir infecciones oportunistas.
Debido a que el tratamiento del parvovirus canino es poco efectivo (existe una alta tasa de mortalidad), la mejor manera de combatir esta enfermedad es mediante la prevención. La prevención del parvovirus canino se realiza mediante la vacunación del cachorro y perro adulto, y manteniendo la higiene de los lugares en que los perros viven y pasean. El programa de vacunación debe decidirlo el veterinario y debe ser seguido estrictamente para reducir el riesgo de contagio. Aún así, algunos perros vacunados contraen el parvovirus canino, por lo que la higiene no debe dejarse de lado.
Filariosis canina (Gusano del corazón)
La Filariosis canina es una enfermedad parasitaria, producida por Dirofilaria immitis.

El ciclo de vida de la Dirofilaria, comienza cuando la hembra de un mosquito pica a un perro infectado que tiene en su sangre las formas más pequeñas y jóvenes del parásito llamadas microfilarias.
Estas ingresan en el mosquito y experimentan un proceso de maduración, pasando así por diferentes estadíos larvarios (de larva 1 a 3). Dicha etapa, está influenciada directamente por la temperatura ambiente. Una vez que el parásito alcanza el estadio de larva 3 se transforma en infectante, es decir, que tiene capacidad para contagiar a otros animales y, en raras ocasiones, también al hombre.
A partir de entonces, si el mosquito pica a un perro, le transmite las larvas y el parásito continúa su evolución, que dura varios meses, hasta alcanzar el estadío adulto. En esta etapa la Dirofilaria se aloja en el corazón y en las arterias pulmonares. Allí se reproduce y libera a la sangre las microfilarias que son el comienzo de un nuevo ciclo de transmisión. El parásito adulto puede vivir unos cinco años.
El tratamiento preventivo, se debe realizar desde el comienzo de la época de vuelo de los mosquitos vectores, hasta 1-2 meses después de su desaparición. Este periodo puede ser muy diferente de unas zonas a otras. En general, en gran parte de España podemos considerar que este periodo se extiende desde marzo-abril hasta octubre-noviembre. En algunas zonas del sur de España y en las islas Baleares y aquí en Canarias la temperatura mínima media no baja de 10ºC por lo que es posible la transmisión (infección) a lo largo de todo el año.
Hay muchos productos comercializados para la prevención de la filaria, todos ellos se deben administrar mensualmente y a partir de los cuatro meses de vida, (excepto el Guardian, que no se debe administrar en animales menores de 12 meses y que es una inyección anual). Si lo hacemos así, nos aseguramos de que nuestra mascota no está infestada y no es necesario hacer un análisis de sangre en busca del parásito.
Para facilitaros la tarea a la hora de elegir el más adecuado para cada caso, los vamos a clasificar según la eficacia frente a otros parásitos tanto internos como externos.
Previenen frente al gusano del corazón y además frente a gusanos redondos intestinales
Cardotek-Plus (ivermectina y pamoato de pirantel),este último es capaz de eliminar la infección por nematodos Toxocara, Toxascaris y Ancylostoma
Interceptor (milbemicina), efectivo frente a Toxocara, Ancylostoma y Tricuris.
Guardian (moxidectina) eficaz en el tratamiento de infestaciones producidas por larvas o adultos de Ancylostoma y Uncinaria presentes en el momento de la prevención de dirofilariosis.
Previene además de lo anterior, frente a cestodos o parásitos planos.
Milbemax (milbemicina y prazicuantel) para perros está indicado para el tratamiento de infecciones mixtas por nematodos gastrointestinales, tales como gusanos redondos (Toxocara, Toxascaris,Ancylostoma ,Trichuris) y cestodos tales como (Dipylidium, Taenia, Echinococcus ., Mesocestoides.). Además Milbemax está indicado para la reducción del nivel de infección de Crenosoma vulpis Angiostrongylus vasorum. Lo hay también para gatos.
Previenen frente a gusanos redondos y pulgas.
Program plus (milbemicina y lufenuron) se usa para la prevención de pulgas (bloquea el ciclo reproductivo de las pulgas inhibiendo el desarrollo de huevos y larvas) y tratamiento de los estados adultos de nematodos gastrointestinales tales como Ancylostoma, Toxocara y Trichuris.
Stronghold (selamectina). Tratamiento y prevención de las infestaciones por pulgas y tratamiento de la sama sarcóptica. Tratamiento Toxocara.
Advocate (moxidectina). Eficaz para el tratamiento y la prevención de infestaciones por pulgas tratamiento de infestaciones por ácaros del oído (Otodectes cynotis), sarna sarcóptica, demodicosis y nematodos intestinales (larvas y adultos) en perros y gatos.
Actualmente, no hay ningún producto en el mercado que cubra absolutamente todos los parásitos (incluidos la filaria), por tanto, lo mejor para tener a nuestra mascota protegida es combinar alguno de los tratamientos anteriormente citados con otros productos.
Coronavirosis
Como el nombre lo indica, es una enfermedad provocada por un Coronavirus que afecta al sistema gastrointestinal de los cachorritos. Suele ser una enfermedad leve aunque en animales de menos de 2 meses puede transformarse en grave debido a las pocas defensas que ellos poseen. La principal complicación es la deshidratación que puede provocar por los vómitos y diarrea que provoca.
La fuente de transmisión es la materia fecal de animales que eliminan este virus.
Es inactivado por la mayoría de los desinfectantes comunes.
Las vacunas elaboradas con virus inactivados, están disponibles en la actualidad aunque es difícil valorar su efecto ya que la mayoría de los perros que cursan esta enfermedad, lo hacen en forma leve y en muchos casos casi sin síntomas.
Sarna
El ácaro sarcóptico de la sarna es el responsable de esta enfermedad que ataca la piel del animal. El parásito invade a partir del hocico recorriendo toda la superficie del perro provocando la caída del pelo y una profunda picazón en la zona afectada. La sarna negra es causada por una bacteria que deposita el ácaro generándose una pustulación de la zona de piel afectada. La picazón es menor, el olor es nauseabundo y es mucho más difícil de recuperar. Más aún, si bien se puede observar una importante mejoría tras un intensivo tratamiento, la enfermedad puede volver luego de varios meses de aparente normalidad.

La sarna en perros es una enfermedad provocada por ácaros o parásitos externos microscópicos, que afecta principalmente la piel.
Existen principalmemente dos tipos de sarna en perros y su nombre se refiere al parásito que la provoca: Demodésica (por Demódex canis) y Sarcóptica (por Sarcoptes scabiei).
Vamos a revisar ambas ya que su comportamiento, tratamiento y riesgos de contagio son muy diferentes.
DEMÓDEX CANIS
El ácaro Demódex canis se encuentra en los folículos pilosos y glándulas sebáceas de la piel todos los perros como parte de su fauna normal, en cantidades moderadas es inofensivo y no provoca ningún problema al perro, las lesiones de sarna en perros por Demódex se presentan cuando este ácaro se desarrolla abundantemente en poco tiempo, esta situación se ha relacionado a desórdenes inmunológicos o genéticos.
La sarna Demodésica en perros tiene dos manifestaciones: la local y la generalizada. La primera es más frecuente en los cachorros de alrededor de 5 meses de edad; las lesiones se identifican como granitos y enrojecimiento en la piel que aparecen en zonas de la cara sin pelo, ligeramente pigmentadas, principalmente alrededor de los ojos y la boca; sin embargo, también se pueden ver estos “parches” en otras partes del cuerpo.
La sarna Demodésica generalizada se observa tanto en cachorros como en adultos, como decíamos se observa en todo el cuerpo del perro, las lesiones aparecen con enrojecimiento, inflamación, caída de pelo y, al igual que la sarna local, se presenta comezón. Las lesiones pueden llegar a ser muy impresionantes ya que debido al sobre crecimiento del ácaro en los folículos pilosos, aparecen secreción e inflamación severas.
Este tipo de sarna en perros no es contagiosa para el humano, sin embargo siempre se recomienda utilizar guantes para el manejo de perros con lesiones de piel.
SARCOPTES SCABIEI
Este parásito no es parte de la fauna normal, se contagia por contacto con otro animal que sea portador, aunque no presente signología todavía. Los perros que padecen esta sarna presentan principalmente lesiones como granitos y enrojecimiento en los márgenes de las orejas, zonas sin pelo en codos, abdomen, pecho. Esta sarna provoca una comezón desenfrenada.

Este tipo de sarna en perros es altamente contagiosa para los humanos, los propietarios de ejemplares con Sarcoptes deben manejarlos con guantes de látex hasta que les sea indicado por el médico veterinario.
El diagnóstico de ambas sarnas se realiza a través de la historia clínica, del examen físico realizado en consultorio y auxiliado por estudios de laboratorio que consisten en realizar un raspado de la piel profundo, inclusive es necesario que haya un poco de sangrado ya que los ácaros se encuentra inmersos en la piel, para observarse al microscopio e identificar a dichos parásitos. Sin embargo, aunque el raspado salga negativo, si el médico observa un cuadro claro de sarna puede dar tratamiento y esperar que haya respuesta. En algunos casos la mejor forma de diagnóstico es la toma de biopsia de piel.
El tratamiento de sarna en perros es prolongado por varias semanas, y en ocasiones hasta meses, pero es importante terminarlo ya que si se interrumpe la recaída puede ser peor aún que la sarna inicial.
El tratamiento depende del tipo de sarna y de la forma en que se manifieste, pero básicamente consiste en dar medicamento contra parásitos externos ya sea inyectado o por vía oral, así como la aplicación de un medicamento tópico contra parásitos externos, que es bastante tóxico, por lo que debe aplicarse con muchas precauciones y con la utilización obligatoria de guantes de látex.
1. La sarna es una enfermedad parasitaria provocada por ácaros.
2. Existen dos tipos de sarna en perros principalmente: la Demodésica y la Sarcóptica.
3. La sarna Demodésica en perros no se transmite al humano.
4. La sarna Sarcóptica en perros es latamente contagiosa al humano.
5. Las lesiones típicas de la sarna Demodésica se presentan en la cara alrededor de ojos y boca.
6. Las lesiones típicas de la sarna Sarcóptica se observan en los márgenes de las orejas.
7. Aunque la sarna Demodésica no es contagiosa al humano y es la más común de las sarnas, todos los perros con lesiones de piel es recomendable manejarlos con guantes.
8. El diagnóstico de sarna en perros se hace con la historia clínica, el examen físico y raspado o biopsia de piel.
9. El tratamiento de sarna en perros consiste en medicamento contra parásitos externos tomados, inyectados o tópicos, depende de cada caso y tipo de sarna.
10. Visite a su médico veterinario.
Bronquitis
La irritación e inflamación de los bronquios se produce generalmente como efecto secundario de otras enfermedades como el moquillo o la neumonía o como consecuencia de enfriamientos o la exposición a gases tóxicos o humo. En algunos casos puede ser generada por factores alérgicos.
Se manifiesta con aumento de la temperatura, tos seca y decaimiento generalizado. El uso de antibióticos o antihistamínicos pueden ser la solución siempre tras la idónea opinión de un profesional.
Rabia
Es una enfermedad en vías de desaparecer en nuestro país. Sin embargo se aconseja mantener la precaución de seguir vacunando una vez al año de modo de garantizar la erradicación total de la misma. Es un virus que se transmite de un animal afectado a otro sano. Los síntomas son el de profundos desórdenes nerviosos manifestados en irritabilidad y agresividad.
España es uno de los pocos países donde la rabia está erradicada, a excepción de Ceuta y Melilla, donde se presenta algún caso aislado. La vacuna de la rabia es obligatoria en España, aunque las competencias en este tema se encuentran transferidas a las comunidades autónomas, de forma que son estas las que deciden la obligatoriedad o no de la vacunación contra la rabia.
El argumento principal para defender la vacunación antirrábica en España es el tráfico de animales domésticos que tiene lugar en nuestro país procedente de países donde la rabia no está erradicada, como Marruecos o Francia. No obstante no todo el mundo está de acuerdo con esta postura.
Leptospirosis
Esta enfermedad está causada por una bacteria espiroqueta llamada Leptospira, que se encuentra distribuida por todo el mundo. El modo de contagio habitual consiste en la contaminación del agua estancada por la orina de un animal infectado y en el posterior contacto de ese agua con una herida en la piel.
Existen muchos tipos distintos de leptospirosis. Las serovariedades que afectan con más frecuencia a los perros se denominan canicola e icterohaemorrhagiae. El perro se considera el reservorio de la serovariedad canicola. Sin embargo, la vacunación masiva contra estas serovariedades ha hecho que la enfermedad de la que son responsables resulte cada vez menos frecuente y que otras serovariedades de la bacteria, como bratislava y grippotyphosa, estén ocupando su lugar.
Las ratas constituyen un importante reservorio para el contagio de Leptospira a los perros y, a veces, a las personas. Las ratas apenas se ven afectadas por la enfermedad, pero siguen siendo portadoras durante años y en sus colonias abundan los individuos infectados.

Los perros también pueden contagiar Leptospira a las personas y a otros perros a través de la orina. Tras la infección, muchos se convierten en portadores crónicos sin mostrar aparentemente ningún problema de salud. Esto puede exponer a las familias y a otras mascotas a una enfermedad grave si no se aplica una higiene rigurosa. La enfermedad puede ocasionar en ciertos casos la muerte, tanto a los perros como a las personas.
Los síntomas observados en el perro van desde muy leves o inexistentes hasta muy graves, dando lugar en este último caso a un cuadro que rápidamente acaba en la muerte. La forma “clásica”, descrita a continuación, resulta en muchos casos menos grave y/o de evolución más lenta.
Forma clásica
La leptospirosis canina puede manifestarse a través de un amplio abanico de síntomas y puede confundirse con otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, normalmente evoluciona mucho más rápido que el moquillo y la hepatitis viral canina.
Los síntomas que provoca incluyen:
Fiebre alta (que puede disminuir después).
Gastroenteritis, con vómitos y diarrea que pueden contener sangre.
Ictericia (coloración amarillenta), como consecuencia de la alteración del hígado.
Orina oscura.
Deshidratación acusada.
Congestión de las mucosas.
Letargo.
Insuficiencia renal aguda.
Y, en última instancia, la posible muerte del animal.
Algunos perros se recuperan lentamente, pero al principio pueden sufrir pequeños ataques recurrentes. Al final, aparte de la diseminación de la enfermedad que tiene lugar durante meses a través de la orina, los perros recuperan la normalidad, aunque es posible que sufran alguna secuela permanente en el riñón que puede limitar su calidad de vida o disminuir su esperanza de vida.
Diagnóstico clínico
Debido a las similitudes con otras enfermedades, tanto infecciosas como de otro tipo, hay pocos signos clínicos que permitan un diagnóstico inequívoco. veterinario puede pedir pruebas diagnósticas debido al riesgo de infección para las personas y la necesidad de escoger el tratamiento adecuado.
Pruebas diagnósticas
Las bacterias de Leptospira se pueden ver en la orina con un microscopio, pero no es un método fiable.
Los análisis de sangre para detectar los anticuerpos fabricados contra las bacterias presentes en la sangre constituyen el método más útil para confirmar la infección en sus fases iniciales.
El tratamiento necesario es el siguiente:
1. Tratamiento antibiótico.
2. La rehidratación es con frecuencia una prioridad urgente, que debe llevarse a cabo prestando siempre atención a las concentraciones correctas de sales.
3. Medicación para controlar los síntomas, como diarrea, vómitos y dolor.
4. Medicación para limitar el daño orgánico extenso.
5. Cuidados para mantener al perro aseado y cómodo.
Impétigo
Etiopatogenia. Infección superficial de la piel, causada generalmente por Staphylococcus intermedius, que afecta a perros jóvenes prepúberes, frecuentemente asociada a falta de higiene, mala alimentación, parasitosis intestinal, virosis, etc.

El Impétigo en el perro es una dermatitis pustular que se presenta en los cachorritos durante sus primeros meses de vida (esto no quiere decir que no pueda aparecer en animales adultos aunque, en este caso, suele ser más grave su pronóstico pues suele acompañar a enfermedades que causan inmunodepresión y, por tanto, graves). Las zonas afectadas suelen ser las ventrales del cuerpo y con poco pelo.
Cuando hay una caída de las defensas ocasionada por distintas causas es usual que se presente esta enfermedad caracterizada por la formación de pústulas sobre la piel causadas por la infección con un micrococo; las mismas se ven rodeadas de un aro de color rojo propio de la inflamación de la zona.
Cuadro clínico. La infección se localiza justo debajo del estrato córneo de la epidermis, observándose pústulas subcórneas que afectan a áreas sin pelo de la piel, principalmente en el área inguinal y axilar. Las pústulas se rompen fácilmente produciéndose una costra amarillenta por el secado del pus. El animal no suele mostrar dolor ni prurito.
Tratamiento. Suele ser un proceso autolimitante, aunque se acelera su recuperación mediante el uso diario de champús antisépticos.
Enfermedades comunes en perros
Hepatitis
Es provocada por un virus que ataca al hígado del animal. Fundamentalmente se manifiesta con elevadas temperaturas, diarreas con sangre, vómitos y obviamente, una caída en un profundo estado de debilidad provocado por la falta de apetito. Pueden evidenciarse edemas en distintas partes del cuerpo, inflamación de garganta, conjuntivitis. Los ojos pueden presentar el color típico de la ictericia.
La leishmaniosis canina
Es una enfermedad producida por un parásito (leishmania) que es transmitido al perro mediante la picadura de un mosquito.
El desarrollo de la enfermedad varía en función de los órganos que se vean afectados. Los primeros síntomas pueden aparecer meses después de recibir la picadura del mosquito. La sintomatología más frecuente es pérdida parcial del pelaje, caspa, pérdida de peso y heridas en la piel. La picadura del mosquito transmite la enfermedad solo si previamente había picado a otro perro ya infectado.
Los perros NO transmiten la leishmaniosis a las personas. Solo aquellas personas con un sistema inmunitario muy débil podrían contraer esta enfermedad, pero NO por el contacto con perros enfermos, es decir, NO existe ningún peligro de contagio por tener un perro enfermo en casa.
La leishmaniosis se puede curar, si bien es importante diagnosticar la enfermedad lo antes posible. Actualmente existe vacuna contra la leishmaniosis.
El riego de contraer esta enfermedad se da principalmente en los países de la cuenca mediterránea y en América Latina. Siendo las épocas de mayor calor las de más riego.
No existe en el mercado ningún producto que asegure una prevención total contra la picadura del mosquito y por lo tanto no es posible reducir por completo los riesgos de que tu perro contraiga esta enfermedad. No obstante hay productos como collares antiparasitarios, pipetas, sprays… Una vez pasado el verano puede ser conveniente realizar un análisis al animal, de esta forma sabrás si ha sido contagiado y las posibilidades de curación aumentan, ya que se diagnostica la enfermedad en una fase temprana.
Tos de las perreras
El término “tos de las perreras” designa un conjunto de signos clínicos de las vías respiratorias altas del perro, cuyas principales características son la gran capacitad de contagio y la multiplicidad de agentes patógenos causales.
Afecta sobre todo a perros jóvenes y, aunque desde el punto de vista médico no suele ser una enfermedad grave, puede ocasionar pérdidas económicas considerables en criaderos.
La participación en exposiciones o concursos caninos constituye un factor de riesgo importante. En efecto, en los días siguientes a un encuentro, los perros participantes padecen con frecuencia episodios de tos. Este riesgo es mayor cuando se presentan en una exposición perras con sus crías. En los criaderos, esta enfermedad es mucho más frecuente en invierno, período durante el cual se producen grandes variaciones de la temperatura y la humedad exteriores y resulta más difícil controlar la aireación y la humedad ambiente en los locales de la perrera. No obstante, en los países industrializados, la generalización de la costumbre de colocar a los perros en residencias caninas durante el verano tiende a uniformar la frecuencia de aparición de casos clínicos.
Los síntomas son accesos de tos seca, a veces emetizante (que produce vómitos) e inicialmente no productiva (aparece principalmente en los cachorros). Síntomas persistentes durante varias semanas. Tos exacerbada por el ejercicio o la simple palpación de la laringe o la tráquea Si se complica, pueden aparecer: Ruidos característicos de bronquitis y a veces de bronconeumonía en la auscultación Hipertermia (aumento de la temperatura corporal) pronunciada. Anorexia y apatía.
Esta enfermedad, al igual que los síndromes respiratorios porcino y felino, afecta principalmente a los grupos de animales confinados con alta densidad de población o alta tasa de intercambio de animales (perreras municipales, residencias temporarias, animalarios, etc.).
Los cachorros padecen formas graves con mayor frecuencia que los adultos, puesto que la protección pasiva que reciben a través de los anticuerpos maternos sólo dura unas 4 ó 5 semanas, mientras que los adultos poseen cierto grado de inmunidad activa debido a contactos repetidos con el agente infeccioso natural. Diversos estudios han mostrado que el principal agente causal de este síndrome respiratorio es una bacteria, la Bordetella bronchiseptica.
Este cuadro también puede ser provocado por algunos virus: el virus de la parainfluenza canina (CPiV), el adenovirus canino de tipo 2 (CAV-2) y el virus del moquillo canino (CDV). Además, estos gérmenes pueden asociarse a otros agentes patógenos, entre los que se encuentran bacterias (Pasteurella multocida, Pseudomonas aeruginosa y Mycoplasma sp.) y virus (virus del herpes canino [CHV] y reovirus canino) B. bronchiseptica es el único germen patógeno conocido capaz de producir solo los signos clínicos de la enfermedad.
Los demás agentes infecciosos incriminados sólo ocasionan trastornos relativamente benignos y de corta duración, excepto el virus del moquillo, responsable de trastornos respiratorios que constituyen uno de los elementos del cuadro clínico de esta enfermedad (y a veces producen cuadros neurológicos).
Enfermedades de los ojos
Conjuntivitis
La conjuntivitis es un proceso inflamatorio del tejido conjuntivo, es decir, de la membrana que reviste la parte posterior de los párpados y la anterior del globo ocular. Las causas de la conjuntivitis pueden ser varias, de la irritación debida al viento o al polvo, al enfriamiento y a la infección, y puede ser aguda, crónica, catarla y purulenta. La mucosa del tejido conjuntivo se presenta enrojecida y dolorosa, el animal trata de frotarse los ojos con las patas.
La cura consiste en quitar los eventuales cuerpos extraños y se basa en la higiene local y la desinfección con disolución de ácido bórico. Si en las veinticuatro horas el ojo no mejora, es necesario consultar al veterinario. En la conjuntivitis catarla o purulenta, se recorre a las sulfamidas y a los antibióticos, bajo vigilancia del veterinario.
Cataratas
Las cataratas, una de las enfermedades más penosas del ojo del perro, están formadas por la opacidad, total o incompleta, de la lente del cristalino. Enfermedad grave, pero bastante común en los perros viejos.
A veces las cataratas Son congénitas, es decir, existen desde el nacimiento; pero normalmente se manifiesta por las causas más diversas, diabetes, intoxicaciones, confusiones, vejez. Iniciado su curso, las cataratas ya no retroceden.

Primero aparecen en el cristalino unas manchitas, que poco a poco invaden toda la lente hasta hacerla opaca. Así se llega al oscurecimiento y pérdida de la vista. La cura de la enfermedad es esencialmente quirúrgica y consiste en la supresión del cristalino. La operación hecha con éxito en el hombre, ha dado menores resultados en los animales, que no pueden llevar gafas. De todas maneras, con la intervención el perro puede readquirir capacidad visual. La operación de las cataratas debe ser hecha por el especialista en clínica veterinaria.
Enfermedades de la boca
Caries
La dentadura del perro debe cuidarse desde que tiene pocos meses de vida. Sobre todo a las razas de pequeño tamaño habrá que vigilar que no asomen los dientes nuevos antes de la caída de los de leche (a los 4-5 meses). Si esto ocurriera, se recomienda que el veterinario extraiga el diente viejo, pues de lo contrario se producirá una malformación dental difícilmente corregible.
Los perros, sobre todo en edad avanzada, sufren fácilmente la carie, con fuertes dolores, dificultad de masticación, inapetencia, aliento fétido. Única cura decisiva es la extracción del diente estropeado. A veces se forma una fístula en la base del diente enfermo, pero se obtendrá una perfecta curación después de la extracción y de lavados desinfectantes.
En los Estados Unidos se ha intentado hacer empastes, como para el hombre, pero con resultados raramente positivos, porque el animal no se presta a la manipulación del todo, necesaria para obtener resultados que duren.
Inflamación de las encías
También el perro padece inflamación de las encías. Las causas son varias, pero muchas veces puede depender de dientes sucios y habitualmente se asocia a estomatitis. Pueden lavarse dientes y encías del perro después de cada comida con algodón empapado en una solución de sal en agua hervida. En el caso de ulceración de las encías y abscesos en los dientes, el veterinario intervendrá con inyecciones de antibióticos para reducir la inflamación.
Estomatitis
Se trata de una inflamación de la mucosa de la cavidad bucal, con enrojecimiento y aparición de úlceras dolorosas. Puede interesar encías, lengua y mejillas. En general es producida por causas externas como líquidos demasiado calientes o sustancias irritantes, la caries, el tumor, y puede seguir a enfermedades del aparato digestivo.

La estomatitis primaria se cura en pocos días alejando la causa y lavando la boca con sustancias antisépticas. Se aconseja el zumo de limón diluido en agua, que desinfecta la boca y el intestino. Si el animal está deprimido, se le estimula con una cucharadita de café. En los casos más graves, se le da sólo alimentos líquidos.
Piorrea
Enfermedad crónica del aparato de sostén del diente es la piorrea. Es frecuente en el perro de edad avanzada. Se manifiesta con inflamación de las encías; después, los dientes se mueven y caen. Puede intentarse una cura local, con lavados de tintura de yodo y glicerina, acompañada de una cura general de sulfamidas, antibióticos y vitaminas.
Si la encía está herida, el veterinario procederá a la extracción.
Papiloma
Otro trastorno que puede aparecer en la boca del perro es el papiloma. Es una excrecencia, tipo verruga, que se forma sobre todo en la boca y difunde rápidamente a las mejillas. Enfermedad fácilmente eliminable, ya con intervención quirúrgica, ya cauterizando los papilomas, ya con cura médica interna. Pero el papiloma tiene carácter contagioso.
Mal aliento
Por último, el mal aliento. El trastorno es bastante frecuente en el perro y puede ser causado por las primeras comidas a base de carne, por dientes estropeados o sucios, por gastritis o por disfunción renal. Si el trastorno persiste, estará bien consultar al veterinario.
Enfermedades del oído
Otitis
En el perro el estremecimiento o el zarandeo de la cabeza casi siempre significa trastornos del oído.
La indisposición más común es la otitis, una inflamación aguda o crónica del oído, que puede ser externa, media o interna. Hay también otitis parasitaria. La otitis externa, que interesa el conducto auditivo exterior, es común en el perro, sobre todo en las razas con orejas largas, colgantes o pelosas.

Puede ser causada por cuerpos extraños o más fácilmente por la suciedad y el cerumen acumulado en la oreja. La forma aguda se manifiesta con dolores, enrojecimiento, secreción de líquido purulento y con particular olor. Si se cuida a tiempo, cura bien, pero si se la descuida se convierte en otitis crónica, que requerirá una larga y paciente cura. Por lo tanto es indispensable consultar al veterinario.
Más rara en el perro es la otitis interna, habitualmente complicación de la externa. De hecho, los síntomas son los mismos, pero más evidentes, con la adición de dolores, fiebre alta, a veces vértigos y convulsiones. La cura es a base de antibióticos y de higiene. La otitis parasitaria se debe a un parásito del género de los ácaros de la tiña y es contagiosa.
Los síntomas son un violento prurito, inflamación, a veces convulsiones y crisis epilépticas. La cura, a base de lavados médicos del conducto auditivo, da generalmente una rápida curación; pero si se la descuida puede provocar la sordera del perro.
Sordera
La sordera sólo es frecuente en el perro viejo. Cuando se presenta, es necesario controlar minuciosamente el conducto auditivo para establecer las causas de la sordera. La cura será decidida por el veterinario, pero es difícil alcanzar buenos resultados en la sordera congénita.
Enfermedades del aparato respiratorio
Resfriado
El perro está sujeto a enfriamientos y resfriados, a bronquitis y reumatismos, ni más ni menos como el hombre. Un golpe de frío debido a corrientes de aire, a cambios repentinos de temperatura, a la humedad, a la lluvia, pueden como mínimo provocar un común resfriado. Se manifiesta con estornudos, flujo nasal, irritación de la mucosa nasal, por lo que el animal frota la nariz con todo. También puede haber dificultad en la respiración; en todo caso, el animal está decaído y no come.
El resfriado o coriza se resuelve normalmente en pocos días, pero no hay que menospreciar el trastorno, porque en los cachorros podría ser la primera advertencia del moquillo. El estornudo es, en el perro, un síntoma más serio que en el hombre; de ahí que si durara un día entero, convendría acudir al veterinario. Si la nariz del perro resfriado muestra irritación, se la puede lavar delicadamente con agua tibia, secarla y por último ungirla con aceite de oliva. Es necesario tener al perro enfermo en un lugar cálido, sobre todo con temperatura constante y protegido de las corrientes de aire y a dieta ligera.
Amigdalitis, Faringitis, Laringitis
El perro enferma fácilmente de amigdalitis, que causa dificultad en la deglución y a veces vómito. Se cura con supositorios pediátricos a base de bismuto y con antibióticos, pero en caso de repetidas recaídas e infecciones, el veterinario podrá aconsejar la operación consistente en suprimir las amígdalas.
Pero con el nombre de “mal garganta” o anginas, pueden agruparse amigdalitis, faringitis, laringitis, es decir, inflamación de las amígdalas, de la faringe y fondo bucal, de la laringe, que debe curarse con sulfamídicos y antibióticos en supositorios o en inyecciones.
Gripe
La gripe del perro es diferente de la del hombre y no se transmite a éste. Se trata de una enfermedad infectiva causada por el llamado virus filtrable, forma morbosa semejante al moquillo, pero bastante menos grave. Puede presentarse en forma catarla que interesa a las primeras vías respiratorias, en forma abdominal bronco pulmonar. La gripe canina puede afectar a perros de todas las edades, razas y sexo.
Los signos clínicos son la tos seca o productiva, secreción ocular, nasal y pulmonar. Con el avance de la enfermedad, el animal puede tener falta de apetito, fiebre, fatiga, depresión y dificultad para respirar.
El tratamiento consiste en antibióticos y terapia de apoyo, es decir, dieta equilibrada, mantener una buena hidratación del animal, jarabes y medicamentos anti-inflamatorios para aliviar la tos.
Bronquitis
Breve es el paso de la gripe a la bronquitis. La bronquitis, la inflamación de la mucosa que reviste los bronquios, es frecuente en el perro y se asocia con otras enfermedades del aparato respiratorio, como el resfriado, las anginas, el mal de garganta y a veces la pulmonía.
La bronquitis se manifiesta con malestar, inapetencia, fiebre alrededor de los 39 grados, es decir, no alta. Primero, la tos es seca; después, suelta; sigue un flujo nasal mucoso o muco-purulento, la respiración se acentúa. Tales síntomas irán disminuyendo poco a poco hasta la curación a los diez días. La enfermedad puede hacerse crónica, y en este caso los síntomas serán menos intensos, pero persistirán durante mucho tiempo. Los perros viejos, asmáticos o con enfermedades cardiacas, presentan a menudo bronquitis crónicas, sobre todo en invierno.
El perro atacado por bronquitis debe estar protegido del frío y de la humedad. Como cura, van bien los expectorantes, los antisépticos y los balsámicos respiratorios, calmantes de la tos; ayuda mucho la leche caliente con azúcar. Están indicadas las sulfamidas, los antibióticos, los supositorios de resina de muguete pediátricos: curas que deben realizarse bajo control del veterinario. Durante la enfermedad se aconseja suministrar alimentos ligeros y fácilmente deglutibles.
Pulmonía
La pulmonía es la inflamación del pulmón causada por gérmenes diversos, a consecuencia de enfriamiento. Es rara en el perro; normalmente es una complicación del moquillo. Puede ser simple o doble, según ataque uno o los dos pulmones. Puede asociarse a la bronquitis (bronco pulmonía) o a la (pleuropulmonía). Los síntomas evidentes son el notable abatimiento, la ausencia de apetito, la fiebre alta (40º-41º), la dificultad de respirar, la tos, el flujo nasal. La pulmonía tiene curso breve y en pocos días se llega a la curación o a la muerte, a menudo debida a complicaciones cardíacas. Es indispensable la vigilancia del veterinario y la cura con antibióticos.
También puede tenerse pulmonía por cuerpo extraño, provocada, por ejemplo, por el modo erróneo de suministrar las medicinas líquidas. Una atenta y larga convalecencia después de la pulmonía es indispensable. Por lo menos durante un mes después de la curación el perro no debe salir de casa y después irá gradualmente entrando en la vida normal. Se suministra oxígeno al perro cuando padece pulmonía, cuando está bajo un choc, cuando se necesita la anestesia general. Quien posee un perro viejo, enfermo de asma o que sufre del corazón, haría bien en tener en casa una pequeña bombona de oxígeno.
Asma
El asma se revela en una evidente dificultad en la respiración y con frecuente tos. Se da sobre todo en los sujetos de edad avanzada, sobre todo sí son obesos o afectos de defectos cardíacos o pulmonares (enfisema). La respiración se hace difícil en cuanto el animal corre o sube escaleras; el enfermo alarga las patas anteriores, respira rumorosamente, tose como para desembarazarse de algo que le molesta en la garganta. Los perros que padecen asma son curables sólo en parte (el veterinario prescribirá medicinas eficaces) y necesitan aire seco, alimento no abundante, vigilancia médica, reposo.
Reumatismo
El reumatismo, articular o muscular, es frecuente en perros expuestos al frío, a la humedad, en lugares pantanosos. Aunque al reumatismo se le reconozca una causa de origen infectivo, es el enfriamiento lo que lo determina. Cuando aparecen los dolores, el perro aúlla al moverse, cojea ya de una, ya de otra para (dolores vagantes), loa articulaciones se hinchan. Habitualmente el curso es agudo y se resuelve en una semana, salvo recaídas. La forma crónica, menos dolorosa, es más larga, fastidiosa y reaparece en el invierno.
Signos y síntomas:
Los síntomas del reumatismo suelen ser similares a los de la artritis canina. Los perros pueden mostrar rigidez en las articulaciones, inflamación y dolor. Las articulaciones pueden estar calientes al tacto.
El perro puede tener problemas de pie y tumbado, y no podrá ser capaz de saltar o subir escaleras, como lo hacía antes. Los perros con reumatismo pueden buscar mejores lugares para descansar, ya que las superficies frías proporcionan alivio del dolor en las articulaciones.
Diagnóstico:
Para el diagnóstico se suele realizar analisis de sangre u otras pruebas para descartar la posibilidad de enfermedades subyacentes que podrían tener síntomas parecidos. Un examen físico puede ayudar para comprobar los síntomas. Las radiografías pueden ser necesarias para evaluar el grado de daño en las articulaciones.
Tratamiento y prevención:
El Reuma no se puede curar, pero el tratamiento puede ayudar a mejorar los síntomas de tu perro y restaurar algo de su calidad de vida. Los suplementos de glucosamina condroitina pueden ser capaces de mejorar salud de las articulaciones de su perro, e incluso podría restaurar algo de su movilidad. Mientras que estos suplementos son generalmente baratos y tienen pocos efectos secundarios, su perro tendrá que seguir tomándolos el resto de su vida, o experimentará una recurrencia severa de los síntomas.
Tuberculosis
Con la pasteurización de la leche, la tuberculosis canina ha desaparecido casi del todo y es raro que el animal pueda ser contagiado por el amo enfermo, por ejemplo, comiendo las sobras de sus comidas. Al comienzo de la infección los síntomas son de poca monta y pasan inadvertidos. El animal se muestra apático, tiene un poco de fiebre; pero después empieza la tos. Y una radiografía mostrará exactamente la gravedad del mal.
En las formas ligeras puede obtenerse la curación con antibióticos, una dieta sana y vida sumamente higiénica. Pero en las formas avanzadas y difíciles se aconseja la supresión porque la cura, además de ser larga, es de resultado inseguro.
Enfermedades de la piel
Eritema
La forma más leve de inflamación cutánea es el eritema y consiste en el enrojecimiento de la piel. Es primario si se debe a quemadura, a exceso de sol, a demasiado frío, a reacciones alérgicas; secundario, cuando es consecuencia de otras enfermedades. La piel se enrojece y empiezan prurito y dolor.
El trastorno dura en general una horas o pocos días y desaparece sin dejar trazas. A menudo se cura con aplicación de polvos secantes o de pomadas a base de sulfamidas, de antibióticos, de cortisónicos, de antialérgicos.
Eczema
El verdadero y frecuente trastorno de la piel del perro es el eczema, un estado inflamatorio caracterizado por enrojecimiento, ampollas, formaciones de postillas. El eczema, que aparece fácilmente en el perro, es habitualmente consecuencia de autointoxicación de origen gastrointestinal, y como síntoma declara un intenso prurito, exudación cutánea, lesiones debidas a que el animal se rasca.

La enfermedad, más frecuente en perros viejos, es a menudo tenaz y con curso variado, con recaídas. Causas del eczema, además de la dicha, pueden ser la mala limpieza de la piel, picaduras de pulgas o de garrapatas, lavados con jabones irritantes, falta de vitaminas, estados de alergia.
Si el eczema es de forma aguda, se obtiene la curación en pocos días; pero si dura tiempo, serán fáciles las recaídas sobre todo en el verano y en ejemplares viejos y obesos o particularmente predispuestos.
La cura, general y local, deberá ser prescrita por el veterinario, que tendrá en observación al animal. En período de enfermedad es aconsejable una dieta sin carnes, a base de pescado blanco sin espinas, arroz, verduras, un poco de queso fresco. En caso de indomable prurito, se aconseja fajar las patas del perro para que no se hiera al rascarse. La pomada curativa podrá ser aplicada antes del paseo de manera que el perro, distraído en la calle, no se la quite lamiéndose.
Alopecia, Seborrea, Acné
Otras enfermedades de la piel y del pelo del perro son la alopecia (pérdida y falta de pelo), la seborrea (exagerada secreción de las glándulas sebáceas) y el acné. Es esta última una inflamación de las glándulas sebáceas y de los folículos de los pelos, debida normalmente a microbios que han penetrado a consecuencia de lesiones cutáneas aun mínimas, como, por ejemplo, el frote del bozal.
El acné se limita generalmente a la superficie cutánea del hocico. Aparecen nódulos del tamaño de la cabeza de un alfiler, que supuran y se convierten en postillas. El acné se cura con lavados de agua y jabón neutro, y con toques de tintura de yodo y glicerina a partes iguales. También es útil la cura local con antibióticos y sulfamídicos. En los casos más tenaces, el veterinario ordenará curas de vacunación autógena, en forma de ungüento o por inyecciones. Cuando la inflamación de la glándula sebácea se difunde en el tejido circundante, se tiene un furúnculo, nódulo grueso y doloroso, con la llamada “cabeza” rodeada de pus, y en este caso la solución es esencialmente quirúrgica.
Alergia
También el perro está sujeto a alergias, una hipersensibilidad con respecto a sustancias de diversa naturaleza, que se manifiesta con reacciones anormales como la urticaria, el prurito, los estornudos. Pero es rara en el perro y habitualmente es debida a defectos de alimentación provoca eczemas y prurito. En algunos casos basta cambiar el régimen alimenticio; en otros, el veterinario tendrá que determinar las causas de la alergia.
Enfermedades del aparato digestivo
Estreñimiento
El estreñimiento es la dificultad en liberar el intestino. Puede ser causado por exceso de alimentación de carne o de dulces, falta de movimiento, uso excesivo de laxantes, por próstata, por ingestión de grumos de pelo y por otros muchos motivos y por eso es frecuente en los perros de peso y en perras de gestación.
El animal se presenta inquieto, tiene poco apetito, hace esfuerzos por liberarse. En los casos más tenaces no deberá tardarse más de 2-3 días para hacer intervenir al veterinario.
La cura se basa en irrigaciones, laxantes, supositorios pediátricos de glicerina, sopas de verdura, aceite de oliva y movimiento. Pero antes de suministrar medicinas resolutivas, conviene comprobar la causa del estreñimiento.
Oclusión intestinal
La oclusión intestinal es una complicación del estreñimiento, por la que las heces no tienen su curso normal. Puede ser causada por cuerpos extraños, bolas de pelo, parásitos o por las mismas heces endurecidas.
La oclusión puede manifestarse de repente, el perro acusa fuertes dolores abdominales, el vientre duele cuando se la palpa, falta el apetito y aumenta la sed, habrá vómito.
No habrá más remedio que acudir al veterinario. Difícilmente hay cura espontánea. En los casos más rápidos, se liberará al animal de la oclusión con aceite de vaselina e irrigaciones. Pero en los casos más persistentes habrá que acudir a la intervención quirúrgica.
Gastritis, Enteritis
La gastritis en la inflamación de la mucosa del estómago, caracterizada por dolores, náuseas, vómito. Es frecuente en el perro asociada a la enteritis, que es la inflamación del intestino.
La gastroenteritis puede ser primaria o secundaria, aguda o crónica. Causas principales son los errores en la alimentación, las comidas irregulares, los trastornos de masticación, alimentos estropeados o indigestos, alimentos demasiado calientes o demasiado fríos, dulces en gran cantidad, corrientes de aire. Si es el estómago el más interesado, hay intolerancia de alimentos, sólidos o líquidos, con correspondiente vómito; si es el intestino, habrá diarrea y fiebre. La forma aguda tiene breve duración, pero también puede ser mortal. La forma crónica tiene los mismos síntomas, pero con menos intensidad.
Se deberá dejar al perro en descanso y en ayunas y sólo se le da de vez en cuando alguna cucharada de agua y limón, o agua y té, o agua con manzanilla. A los perros jóvenes y débiles puede dárseles alguna cucharada de caldo, de agua de arroz, de té, de manzanilla y una cucharadita de café. Es importante contener el vómito y la diarrea y desinfectar el intestino. Pasada la crisis, el veterinario dará el permiso de reanudar gradualmente la alimentación.
Diarrea
La aparición de heces blandas, con diferente consistencia (desde completamente líquidas a pastosas), es consecuencia de un cambio en el peristaltismo o motilidad normal del intestino, la llegada excesiva de liquido desde la pared intestinal y por último como consecuencia de las dos anteriores, una reducción en la absorción de agua en la parte final del intestino delgado.
En resumen, cuando nuestro perro se dispone a defecar, se encuentra con heces que tienen mucho más agua de lo normal y que han permanecido menos tiempo en el intestino, siendo la consecuencia final la diarrea.
Las causas más frecuentes de diarrea son todas aquellas que producen una irritación de la mucosa intestinal, la cual altera la permeabilidad de la pared y como consecuencia aumenta la cantidad de líquido en el intestino y el tránsito intestinal, por ejemplo: bacterias, virus, parásitos, basura y comida en mal estado, tóxicos, hierba y vegetales, arena y otros cuerpos extraños, etc.
En los casos de diarrea, el perro debe estar en reposo y ayunas durante veinticuatro horas. Las causas pueden deberse a enfriamientos, sustos, envenenamientos, enfermedades del tubo digestivo, y los síntomas pueden ser la señal de comienzo del moquillo o de la enteritis. Si la diarrea va acompañada de vómito, la intervención del veterinario debe ser inmediata. El tratamiento sintomático de la diarrea, consiste en dar un descanso al intestino manteniendo un ayuno durante unas horas y alimentar seguidamente con dieta blanda de alta digestibilidad.
En muchos casos se acompaña de molestias abdominales, debido al movimiento alterado del intestino y a su dilatación por presencia de abundante gas. Unas décimas de fiebre, apatía y temblores, son síntomas que hacen necesaria la visita al veterinario para que instaure a nuestro perro un tratamiento adecuado.
Algunos consejos básicos para tratar la diarrea:
• Retirar el pienso seco o su comida habitual y mantener ayuno de comida durante 8 a 12 horas. En este tiempo debemos solo dar agua en pequeñas cantidades pero sin límite. El intestino “dejará de trabajar” y tendrá tiempo de reparar las lesiones que se han producido en su pared, reduciéndose también la inflamación, el gas y los movimientos peristálticos.
• Comenzar por una dieta blanda muy digestible y baja en grasa. Esta comida especial es muy poco irritante para el intestino y prácticamente se digiere en su totalidad, por lo que la cantidad de heces que se forman son muy escasas, favoreciendo la reducción de la diarrea.
• Esta dieta suave y templada, permite que las células del intestino se alimenten y regeneren.
• Una fuente de hidratos de carbono, como el arroz y la patata cocida, y otra de proteina como el pollo o pavo cocido y el queso blanco bajo en grasa (queso de Burgos), son ideales para empezar a alimentar a nuestro perro.
Enfermedades del corazón
Los signos clínicos asociados a la insuficiencia cardíaca son básicamente síntomas de congestión y edema (edema pulmonar, ascitis, derrame pleural, etc.) y una disminución en el reparto de sangre a los tejidos y órganos que podrá provocar crisis de debilidad, síncopes, peor tolerancia al ejercicio, fatiga, etc. A menudo, la disnea está ocasionada por edema pulmonar o derrame pleural, pero también puede aparecer antes de que los pacientes desarrollen una retención de líquidos grave. La disnea y la intolerancia al ejercicio pueden estar relacionadas con cambios en el músculo esquelético que se produce en la insuficiencia cardíaca.
Los animales normales pueden estar disneicos durante el ejercicio físico de forma similar a lo que ocurre en los afectados por insuficiencia cardíaca congestiva.
La principal diferencia entre un perro no entrenado adecuadamente pero normal y uno con insuficiencia cardíaca congestiva es la cantidad de ejercicio que necesita para presentar dificultad respiratoria y fatiga. La fatiga muscular es un importante factor determinante de la intolerancia al ejercicio y disnea (fatiga de los músculos respiratorios) en la Insuficiencia Cardíaca Congestiva.
La presentación de una insuficiencia cardíaca debe ir acompañada de una enfermedad del corazón del perro, aunque no todas las patologías cardíacas llegan a provocar una insuficiencia en este órgano.
CLASE I: Insuficiencia Cardíaca Leve
Se trata de un paciente con evidencia objetiva de una cardiopatía, pero no se observa sintomatología de una insuficiencia cardíaca. Es un estadio compensado. Por ejemplo, un perro con un problema de válvula mitral presentará un soplo a la auscultación, pero no le notaremos ningún síntoma que nos haga pensar en una insuficiencia cardíaca congestiva. Es decir, no habrá edema pulmonar, ni ascitis, ni debilidad, ni adelgazamiento, ni cansancio, ni síncopes. El perro será capaz de tolerar cualquier tipo de ejercicio.
Si hacemos una radiografía del corazón y pulmones de estos, lo más probable es que no veamos nada extraño. Tan sólo en casos contados podemos observar un ligero aumento de la aurícula izquierda. Si hacemos un electrocardiograma, tampoco detectaremos ninguna alteración.
CLASE II: Insuficiencia Cardíaca Moderada
Se trata de perros que llevan una vida más o menos normal pero empiezan a evidenciar signos clínicos de insuficiencia cardíaca cuando realizan un ejercicio intenso. Son animales que se encuentran en una fase previa o inicial de descompensación cardíaca. En esta fase se puede apreciar tos o disnea tras realizar un ejercicio intenso como consecuencia de un grado moderado de congestión pulmonar.
En las radiografías veremos un aumento de tamaño del lado izquierdo del corazón que afectará tanto a la aurícula como al ventrículo de ese lado. Los vasos sanguíneos pulmonares mostrarán un aumento de su diámetro.
La tráquea mostrará un recorrido con menos ángulos. Los electrocardiogramas mostrarán alteraciones en algunas ondas y, a veces, de la frecuencia del ritmo cardíaco.

CLASE III: Isuficiencia Cardíaca Severa
Se trata de perros que ante un ejercicio leve o por la noche van a presentar signos de insuficiencia cardíaca clara. Existirá una descompensación y una clara disfunción cardíaca. Estos animales pueden estar asintomáticos en reposo. Manifestarán tos seca y disnea (dificultad respiratoria) por congestión pulmonar, y una mayor fatiga.
Radiográficamente, el aumento del tamaño del corazón y de congestión de las vías respiratorias serán evidentes. La aurícula izquierda estará mucho más grande, y el músculo cardíaco aparecerá mucho más redondeado, debido al aumento de tamaño de los ventrículos. Veremos la imagen de un edema pulmonar, con aumento del diámetro de las venas pulmonares y, a veces, de la vena cava caudal. El hígado se verá aumentado de tamaño de tamaño y el electrocardiograma mostrará muchas irregularidades.
CLASE IV: Insuficiencia Cardíaca Grave
Se observarán signos clínicos muy relevantes, incluso cuando el perro está en reposo, como consecuencia de la grave descompensación cardíaca. Cualquier mínimo esfuerzo supondrá un agravamiento de la sintomatología y pondrá en peligro su vida.
Habrá edema pulmonar con tos, disnea, ascitis, afectación de la pleura, aumento del tamaño del hígado y del bazo, junto a síncopes, debilidad, adelgazamiento y pérdida de masa muscular.
En las radiografías, que deberán ser realizadas con máxima cautela, aparecerá un corazón muy aumentado de tamaño, con edema pulmonar y efusiones en pleura y pericardio.
El hígado y el bazo estarán muy aumentados de tamaño y, en muchas ocasiones, la tráquea se verá comprimida por el corazón. El electrocardiograma mostrará alteración de muchas ondas y complejos y, además, marcará arritmias. Tratamiento de la Enfermedad del Corazón del Perro.

Lo primero que debemos saber es que cuando el corazón del perro está enfermo no lo vamos a curar. Muchas veces, la mayoría, la enfermedad cardíaca deriva de una lesión o envejecimiento de las válvulas cardíacas, cuya “curación” pasaría por el recambio de las mismas. En algunos casos, la única solución “curativa” sería el trasplante y, en otros, cirugías muy complejas. Se trata solamente de conseguir que estos perros vivan lo mejor y el mayor tiempo posible. El arma química con la que contamos son los vasodilatadores, que se ha demostrado que son capaces de prolongar la vida de los perros afectados de insuficiencia cardíaca congestiva.
Una vez empiecen a ser utilizados, su uso será permanente durante toda la vida del perro. El corazón del perro lo agradecerá.
En muchas ocasiones será necesario el uso de diuréticos. Será muy molesto tener al perro con excesivas ganas de orinar, tener que sacarle con mucha frecuencia a la calle y tener que recoger la orina del suelo de casa en algunas ocasiones. Será molesto, sí, pero asegurará un mayor tiempo de vida al perro. Los deberemos utilizar el menor tiempo posible y ajustar su administración a las horas en las que podamos facilitar la evacuación. La última toma del día no sobrepasara las ocho de la noche.
Los digitálicos serán de gran ayuda en el tratamiento, en especial cuando el perro presente arritmias. Conllevan el inconveniente de que pueden provocar cierta toxicidad, por lo que serán necesarios determinados análisis de sangre para evitar su presentación.
Debemos tener en cuenta que, en muchas ocasiones y debido a la enfermedad del corazón del perro, se hará necesaria la utilización de bronco dilatadores, mucolíticos y antibióticos, dada las frecuentes complicaciones respiratorias que experimentarán los perros afectados de una enfermedad cardíaca
Además, será conveniente el uso de dietas adecuadas para esta patología, a las que debemos habituar a nuestro perro de forma paulatina. Los perros con buen apetito aceptarán sin problemas el cambio, pero habrá que tener un poco de paciencia con los que son un poco más “selectivos” a la hora de elegir su alimento.
Diagnóstico de los problemas del corazón del perro
Las pruebas a realizar para llegar a un correcto diagnóstico son varias y, en ocasiones, costosas. Las radiografías torácicas son muy importantes en los pacientes sospechosos de tener una insuficiencia cardíaca congestiva. Los cambios en el tamaño y forma del corazón pueden mostrar los efectos compensatorios cardíacos (cardiomegalia) y ser muy útiles para determinar la causa de ésta enfermedad del corazón del perro.
La electrocardiografía puede utilizarse para valorar el ritmo cardíaco, pero sólo aporta información indirecta sobre la función cardiovascular. Las arritmias, por ejemplo, pueden estar provocadas por causas no cardíacas.
Por tanto, debemos decir que el electro aporta criterios no definitivos del diagnóstico, pero sigue siendo un método de diagnóstico, aunque un electrocardiograma normal no descarta la presencia de Insuficiencia cardíaca Congestiva.
La ecografía cardiografía, la medición de presiones arteriales y el cateterismo cardíaco (que no se usa demasiado) pueden aportar importante información. Cada día se hace más interesante el uso de la eco cardiografía dopler en color.
Existen, además, marcadores bioquímicos que nos aportan importante información sobre la funcionalidad cardíaca, como son las troponinas cardíacas y los péptidos natri uréticos. Un análisis general con un hemograma completo y una bioquímica nos proporcionará información adicional sumamente importante.
En resumen, la insuficiencia cardíaca congestiva es un estado en que el trabajo cardíaco es inadecuado para mantener las necesidades de irrigación de los distintos órganos y sistemas del cuerpo para el metabolismo tisular y la capacidad de ejercicio está limitada. Puede ser consecuencia de la incapacidad del corazón para enviar sangre correctamente (insuficiencia sistólica) o un llenado ventricular inadecuado (insuficiencia diastólica). La identificación correcta de la causa nos permitirá elegir el tratamiento más adecuado.
Sea cual sea el mecanismo, la Insuficiencia cardíaca congestiva se asocia a un descenso de la presión arterial y a una activación de los mecanismos compensadores enfocados a restaurar la presión arterial normal. Estos mecanismos incluyen la activación de ciertas hormonas y la retención renal de sodio y agua. La vasoconstricción, taquicardia y retención de volumen son las respuestas iniciales de la circulación ante el descenso de la presión arterial. Una respuesta compensadora excesiva puede originar una compensación excesiva, y los mecanismos compensatorios que en un principio son beneficiosos se tornarán en responsables de los signos clínicos indeseable
Enfermedades de los riñones
Micción
La micción tiene importancia no sólo en las enfermedades renales sino también en las del metabolismo y de la sangre. Si el modo de emitir la orina o micción aparece anormal y fatigoso, es síntoma de estado morboso y el amo debe intuirlo. La micción puede aumentar en modo excesivo, o disminuir, ser dolorosa, involuntaria o incluso cesar. En tales situaciones, bien será llevar al perro al veterinario. El análisis de la orina dará útiles indicaciones. Como hemos dicho, al perro se le saca a la calle a orinar cuatro o cinco veces al día. Es oportuno evitar que por la noche beba demasiado, por lo que después del último paseo es mejor quitarle del todo el agua.
Es interesante saber si la micción del macho está condicionada por un cartílago óseo que hay dentro del pene y que, contrayéndose, deja de fluir el líquido. Tal contracción está condicionada psíquicamente por los olores que el perro siente en la calle y así el macho, levantando una pata posterior, orina a menudo y brevemente según su voluntad. Si la sed del perro es anormal, si bebe el doble o el triple de lo normal sin motivo plausible, es indicio de que los riñones no filtran bien las sustancias nocivas asociadas a la sangre y el animal busca agua para facilitar el trabajo de los riñones. En tal situación, es aconsejable llevar el perro al veterinario para los diversos análisis. La cura es esencialmente dietética.
Otro motivo de disfunciones renales pueden ser los dientes estropeados prematuramente.
Diabetes
La diabetes es una enfermedad del metabolismo cuyos síntomas evidentes son el aumento de orina y la sed casi morbosa. Además puede notarse abulia, menor resistencia a la fatiga, adelgazamiento a pesar del gran apetito. El curso de la diabetes es largo y dura meses.
La mejor cura es la dietética: la alimentación se basará en carnes (siempre deletéreos), las grasa, los farináceos: en cambio, hay que conceder agua en abundancia. El perro diabético habrá de hacer vida ordenada, higiénica, con movimiento al aire libre. Las curas médicas son las tradicionales (insulina) y se realizan con vigilancia del veterinario.
Vivisección
La insulina es una de las rarísimas medicinas puestas a punto a través de la vivisección: los perros sacrificados en la Universidad de Toronto han dado una contribución a la humanidad, mientras miles de otros experimentos inútiles deben figurar en el elenco de las crueldades.
Nefritis
La nefritis es una inflamación de los riñones debida a enfermedades infectivas o de excesivos resfriados. El comienzo es imperceptible, pero al cabo de unos días, en las formas agudas, se de fiebre, vómito, cólicos, emisión frecuente de orina, decaimiento.
El análisis de la orina permitirá al veterinario el diagnóstico. En unos diez días puede llegarse a la curación, pero en las formas agudas el pronóstico es reservado. La nefritis crónica puede tener curso bastante largo con alternativa de crisis y mejorías y el perro acabaría en la muerte. En todo caso, es necesaria una dieta en blanco con exclusión de la carne y la sal, a base de leche, arroz hervido, quesos frescos y un poco de hígado.
Cálculos en la orina
Los cálculos en la orina se dan sobre todo en los perros viejos. Pueden manifestar fenómenos de nefritis si se localizan en los riñones, o de cistitis crónica, si en la vejiga. En el primer caso el perro manifiesta dolores y a menudo se presenta en posición de orinar; en el segundo caso, habrá trastornos en la micción y orina turbia. Pero la presencia de cálculos urinarios en el perro no puede ser comprobada por seguridad y la diagnosis debe ser definida por análisis radiológico. La cura médica obtiene sólo raras veces resultados eficaces y conviene tomar en consideración la oportunidad de una intervención quirúrgica. Para mitigar los dolores, el veterinario aconsejará inyecciones calmantes.

Cistitis
La cistitis es una banal inflamación de la vejiga, pero puede ser aguda o crónica. La mucosa de la vejiga se ha irritado o inflamado por retención de orina demasiado larga, o por sustancias irritantes ingeridas por el animal y después eliminadas por la orina, o por cálculos de la vejiga o por enfriamiento: siempre a causa de gérmenes que hallan en tales situaciones el terreno adecuado para desarrollarse. El animal enfermo hace esfuerzos para orinar y emite con dolor sólo unas gotas, la orina es turbia y con fuerte olor.
La cistitis dura unos días normalmente, tras la cura veterinaria, se cura. Si los síntomas persisten, es posible que el mal se establezca en estado crónico. Las curas médicas se basan en antibióticos y antisépticos.
Próstata
La próstata es una glándula situada entre la uretra y la vejiga y su inflamación es la prostatitis, aguda o crónica. Es enfermedad frecuente en el perro viejo de sexo masculino y se debe a causas diversas. En el perro se aconseja la intervención quirúrgica y hay preferencia por las curas hormónicas.
Enfermedades en las extremidades
Bolsas
Una inflamación bastante común es la de codos y rodillas, es decir, de las junturas anteriores y posteriores. El perro debe estar en reposo y el veterinario prescribirá los necesarios baños y compresas. En las junturas del animal puede formarse un callo; si crece de modo anormal, es doloroso y se necesita una intervención. Si el perro no tiene ocasión de gastar sus uñas con el movimiento, hay que cortárselas periódicamente por parte de personal especializado en salones de aseo. Al cachorro, el mismo dueño puede limárselas.
Enfermedades del sistema nervioso
Miedo
La sensación de miedo es fácil en el perro; el instinto de conservación lo impulsa a huir de algo que podría dañarle. Los casos más comunes de miedo se deben a disparos de fusil, al trueno, a los temporales, a los fuegos artificiales, a ruidos muy fuertes, a la entrada en sitios desconocidos y silenciosos.
El miedo puede ser congénito, y en este caso es de difícil remedio, o se adquiere. En este caso, con mucha paciencia, pueden obtenerse excelentes resultados.
El miedo al arma de fuego puede remediarse disparando salvas y teniendo cerca al perro, acariciándolo en el momento de terror, o dándole algún bocado que le sea agradable. Y lo mismo puede hacerse con los ruidos fuertes que molestan el sensibilísimo sentido del oído del perro.
Epilepsia
La enfermedad nerviosa más seria en el perro es la epilepsia, caracterizada por accesos convulsos. Puede ser primitiva o secundaria. La primitiva se manifiesta en la segunda edad del perro por causas hereditarias que han estado latentes en los primeros años de vida. La forma secundaria puede ser causada por lesiones del cerebro, intoxicaciones o moquillo en edad joven.
También un cuerpo extraño entrado en el oído o lombrices intestinales pueden ser causa de efectos epilépticos. En general, el acceso puede aparecer de repente o precedido de señales de inquietud; después el perro es atacado por espasmos, se tambalea, cae, agita las patas, echa espuma por la boca y en poco tiempo pierde la conciencia. Al cabo de unos minutos, el perro vuelve a la normalidad, pero a menudo como atontado. Mientras la auténtica epilepsia dura toda la vida del perro y sólo puede ser atenuada con calmantes, la forma secundaria puede curar si desparecen la enfermedad y la causa que la ha provocado.
El perro epiléptico debe estar bajo constante vigilancia del veterinario.